Nanna, diosa de la mitología nórdica, representa el amor profundo y el dolor sincero. Ella ama a Balder con devoción absoluta. Cuando los dioses pierden a Balder, Nanna sufre intensamente. Su tristeza consume su cuerpo y su alma. En el funeral de Balder, Nanna entrega su vida por amor. Los dioses colocan su cuerpo junto al de Balder en la pira funeraria. Juntos viajan al inframundo, unidos por el vínculo eterno del amor. Nanna no habla mucho en las sagas, pero su presencia deja una marca profunda. Los antiguos la respetan como símbolo de fidelidad y ternura. Su historia recuerda el poder del amor verdadero. Artistas y poetas la honran con palabras, imágenes y cantos. En el silencio de su dolor, Nanna grita verdades que muchos temen enfrentar.