Balder, hijo de Odín y Frigg, es el dios de la luz, la pureza y la belleza en la mitología nórdica. Representa la bondad y la perfección, siendo amado por dioses y humanos. Su muerte es una de las tragedias más significativas de los mitos nórdicos. Frigg hizo que todos los seres y objetos juraran no dañarlo, salvo el muérdago, considerado inofensivo. Loki, astuto y malicioso, engañó a Höðr, el hermano ciego de Balder, para que lo matara lanzándole una flecha hecha de muérdago. Los dioses intentaron rescatarlo del reino de Hel, pero fracasaron debido a otra treta de Loki. Según las profecías, Balder regresará tras el Ragnarök, simbolizando la renovación y el renacimiento del mundo.